Las primeras semanas de la pandemia de COVID19, la tecnología se ha puesto al servicio de los gobiernos para tratar de frenar su propagación y minimizar los desastres que la acompañan.
Enero del 2020, en Wuhan, China, inicia lo que a la postre seria una epidemia global sin precedentes, un virus que fue encontrado en el ultimo trimestre del 2019. Todo el mundo contempla como evoluciona esta enfermedad que en menos de dos meses contaminaría con gran fuera a Italia, España y llegaría a EEUU con una letalidad muy alta y extremadamente contagiosa. Fue así que todo el mundo cambio su forma de operar, de trabajar, de vivir al tener la necesidad de quedarse en casa para bajar la cadena de transmisión. Esta el planeta en una batalla contra un enemigo invisible, uno que actua de muchas maneras sin notarlo, al mas puro estilo de un ataque informático.
Dicho esto, donde hay que recalcar el gran esfuerzo de todos los sectores prioritarios que han mantenido al mundo “vivo”, se ha demostrado que la tecnología es punta de lanza en esta evolución de nuestro día a día.
Tan es así que el gobierno chino se apoyo en compañias como Tencent y Alibaba para el desarrollo de algoritmos que usaran sus aplicaciones para etiquetar a millones de usuarios, calcular su probabilidad de contagio y generar mapas con tres colores (verde, amarillo y rojo) y poder etiquetarlos según el riesgo que generaban.
Aplicaciones como Alipay cuenta con poco mas de 900,000,000 (novecientos millones) de usuarios registrados y una de sus aplicaciones como DingTalk ayudo a que Alibaba enviara los códigos necesarios para el regimen de la cuarentena.
Cyberwar / Ciberguerra?
Una vez inicidada la fase global de pandemia, el Gobierno de EEUU solicitó formalmente a Google, Microsoft y Apple que apoyaran con sus equipos de investigadores para tratar de mejorar la respuesta médica contra el coronavirus con el uso la IA (inteligencia artificial). La Casablanca solicito el desarrollo de herramientas tecnológicas que permitieran lanzar iniciativas de trabajo remoto, educación a distancia o telemedicina. En toda guerra, la intoxicación informativa es otro de los males a combatir. Y siempre hay quien le interesa sacar ganancias del río revuelto, como es el caso de Rusia de Vladimir Putin a quien la Unión Europea acusó de difundir fake news. Infundios destinados a “sembrar el pánico entre los ciudadanos comunitarios y la desconfianza en las autoridades públicas”. Y es que el Kremlin dejó caer que se trataba de una biológica estadounidense contra China y culpaba a los Gobiernos europeos de exagerar la amenaza de esta enfermedad. Por su parte, el ejecutivo de Trump trata de combatir este frente con la colaboración de Twitter, Facebook y Google, a quienes les ha instado a que combatan la desinformación. Un dato ilustrativo, el Departamento de Estado americano habría detectado dos millones de tuits en solo mes apoyando teorías conspirativas, como informó ‘The Washington Post’.
El supercomputo apoyando!
Las grandes compañías de la industria como IBM pusieron manos a la obra en cuanto se disparó la epidemia, según dijo Darío Gil, doctor por el MIT y director de Investigación de IBM: “Desde el inicio de la pandemia del COVID-19 hemos estado trabajando estrechamente con los gobiernos de Estados Unidos y del resto del mundo. El objetivo es encontrar todas aquellas opciones disponibles que permitan utilizar nuestra tecnología y experiencia para ayudar a las organizaciones a resistir y adaptarse a las consecuencias de la pandemia y, al mismo tiempo, poder acelerar el proceso de descubrimiento”.
Este grupo de empresas, aportará una cantidad de recursos de computación sin precedentes (16 sistemas con más de 330 petaflops, 775.000 núcleos de CPU y 34.000 GPU) para apoyar a que los investigadores de todo el mundo puedan comprender mejor el coronavirus, sus tratamientos y sus posibles curas. Estos sistemas de alto rendimiento, permitirán a los cientificos realizar un gran número de cálculos en epidemiología, bioinformática y modelado molecular. Estos experimentos tardarían años en completarse si se hicieran manualmente, o meses si se hicieran en plataformas de computación más lentas y tradicionales. Un ejemplo de este potencial es Summit, de IBM, la supercomputadora más poderosa del mundo. Summit ya ha permitido que los investigadores del Laboratorio Nacional de Oak Ridge y de la Universidad de Tennessee puedan examinar 8.000 compuestos para encontrar aquellos que tienen más probabilidades de unirse a la principal proteína del coronavirus, y hacer que sea incapaz de infectar células huéspedes.
Toda la industria junta filas. No son solo las grandes compañías tecnológicas las que se han cerrado filas para combatir al enemigo. Todas las empresas sin excepción están aportando su grano de arena en mayor o menor medida, habilitando el teletrabajo con herramientas gratuitas, o asegurando que las redes funcionen. En muchos casos sus iniciativas han ido destinadas a predicar con el ejemplo y concienciar a la población para que permanezca confinada en sus hogares.
Por su parte, las consultoras tecnológicas, grandes y pequeñas siguen ayudando a sus clientes con planes de contingencia, habilitando todas las operaciones que hacían en sus oficinas corporativas al trabajo en casa, y operando con VPN para garantizar el servicio propio. Así mismo protegiendo a hospitales, banca, eléctricas, medios de comunicación, servicios logísticos, etc., con el fin de ayudar a mantener comunicaciones críticas.
El oportunismo de la ‘guerra sucia’
Es ya sabido que los grupos de cibercriminales y ciberterroristas que estan ya accionado desde la Deep Web aprovechan cualquier falla en los equipos para intensificar sus ataques a empresas y ciudadanos, sin el menor escrúpulo y tratando de hacer el mayor daño posible, tanto intelectual o financiero. El coronavirus ya genera la mayor colección de ciberataques registrado en años (“o incluso en toda la historia”), como atestigua ProofPoint: “nuestro equipo de investigación ha constatado el uso del coronavirus como gancho en envíos de phishing de credenciales, adjuntos y enlaces maliciosos, compromiso de cuentas de correo empresarial (BEC), falsificación de landing pages, donwloaders, spam y envío de malware, entre otras amenazas”.
Es así como un malware desconocido, bautizado como “RedLine Stealer“, aprovecha la predisposición de la gente a ayudar a encontrar una cura para el Covid-19 a través de un proyecto de computo distribuido tipo BOINC para investigación de enfermedades. Otro ejemplo es RedLine Stealer que se está comercializando en foros rusos underground con distintas opciones de precio, a partir de 100 dólares, y ha sido actualizado recientemente para el robo de monederos de criptomonedas. El ransomware netwalker también ha sido cruel protagonista de ataques indiscriminados a numerosos hospitales españoles, con objeto de causar su colapso.
Y es así donde nosotros participamos con una pequeña parte a la mejora de nuestro desempeño. En Wynnmex Technologies, contamos con un grupo de expertos que pueden apoyar de manera tal que, su compañía evolucione para que todos sus colaboradores se mantengan a salvo y la operación de su compañía siga. Nosotros podemos apoyarlo con los servicios de comunicaciones unificadas para que su personal se encuentre trabajando correctamente desde casa y ayudarle a facilitar los servicios en la nube y de seguridad necesarios para garantizar que, su operación continue.
Estamos siempre para apoyarlo y más en estos momentos. Escribanos a info@wynnmex.com y encontremos una solución y una evolución para su empresa.
